En el principio fue el verbo
y el verbo se hizo pronombre
y habitó entre nosotros;
sin embargo, para su vanidad
comenzó a llenarse de adjetivos:
rico, bella, hermosa, talentoso,
exquisito, millonaria, famoso...
entonces los pronombres
fueron expulsados del Paraíso
acompañados de sus fieles adjetivos
y llenaron con su vanidad el planeta
cortaron los árboles
y se construyeron mansiones
mataron los animales
y se hicieron abrigos de piel
y se construyeron templos
a los que llamaron bancos
y adoraron a un dios verde
al que llamaron Dólar,
y entre más cosas materiales acumulaban
creían que ganaban más indulgencias plenarias
para entrar al reino del dinero,
entre tanto los polos se derretían,
los bosques se incendiaban,
los arroyos se secaban,
y los animales se extinguían,
pero los bellos pronombres
adornados de adjetivos
seguían contemplando su figura
en el espejo del egoísmo
mientras se ponían el maquillaje
de la avaricia y del desperdicio;
entonces, el verbo cayó en cuenta
de que su hermosa creación
se había salido de su Biblia gramatical
y decidió empezar de nuevo el mundo,
para ello, llamó a Adán y a Eva
al jardín del Paraíso y les dijo:
"Podéis comer de todos los frutos aquí habidos
menos los de este árbol del bien y el mal..."
No sé por qué,
pero siempre que llego a este punto de la
historia
tengo la vaga sensación de que el resto
ya lo leí en alguna otra parte...